Estudiantes, diploma en mano, sonriendo. Una chica dirigiendo algunas palabras a sus compañeros desde un estrado. Birretes elevándose hacia el cielo. Éstas podrían ser tres imágenes de una película. Sí, pero también son imágenes que nuestra mente ha dibujado una y otra vez, seguramente con nuestros hijos como protagonistas. Porque llegará el día en que terminen sus estudios y comiencen su vida profesional; el día en que tengan que desplegar las alas y dejar el nido. Con decisión, sin miedo.
Sin embargo, nosotros —padres y madres— avanzamos muchas veces con dudas hacia ese momento decisivo en que ellos deban levantar el vuelo. Quisiéramos, al menos, la seguridad de verlos despegar bien, aunque el resto del vuelo no nos toque seguirlos.
Esto se consigue asegurando su educación o abriéndoles oportunidades de trabajo. No obstante, ni la educación ni el trabajo están garantizados. Los costos, la falta de oportunidades laborales y otros factores complican el camino. ¿Hay formas de acompañar a nuestros hijos al extender las alas y comenzar a volar? Una de estas formas puede ser el seguro educativo, del que hablaremos en este artículo.
Seguro educativo: qué es y cómo funciona
Un seguro educativo es una opción de ahorro para garantizar los estudios superiores de los hijos. Para ello, los padres o el tutor destinan periódicamente un monto, que depende de las características del plan y el plazo por el que se contrate, con la garantía de que la aseguradora entregará el dinero al término del plazo para que el menor (ya en edad universitaria) prosiga sus estudios.
Los padres o el tutor no tienen que contratar un seguro de este tipo cuando su hijo alcance una edad específica, pues las aseguradoras suelen tener planes de cinco o diez años, que podrán seleccionarse dependiendo de la edad que tenga el menor en el momento de la contratación. Asimismo, éste podrá recibir la suma asegurada a los 18, los 22 o los 23 años, de acuerdo con el plan elegido.
Se pensará que un ahorro para garantizar los estudios puede conseguirse sin necesidad de recurrir a una aseguradora. Sin embargo, una característica de los seguros educativos los diferencia del ahorro y las inversiones convencionales: la cobertura por exención de pago de primas. Éste beneficio contempla que, en caso de fallecimiento o invalidez total y permanente de los contratantes, el seguro quede pagado en el acto y el hijo reciba la suma asegurada.
Las coberturas son variables entre las distintas aseguradoras. Por ejemplo, en Seguros El Potosí, la cobertura básica por Supervivencia incluye reembolso de gastos médicos por accidente, desempleo, fallecimiento del contratante. A esta cobertura se pueden agregar otras, a fin de mejorar tu póliza, entre ellas: anticipo por enfermedad en fase terminal, pago de la suma asegurada por invalidez total y permanente del asegurado solicitante, exención de pago de primas por fallecimiento del asegurado solicitante, gastos funerarios del asegurado solicitante. Acércate y asesórate con tu agente para revisar las coberturas de este servicio más a fondo.
¿Por qué comprar un seguro educativo?
Cada vez es más difícil que nuestros hijos terminen sus estudios. Dos razones comunes son la falta de dinero y el desinterés por continuar sus estudios.
Probablemente pienses que falta mucho para llegar a la etapa universitaria de tus hijos. "¡Qué necesidad de preocuparse ahora!", dirás. Pues bien, en 2022, la inflación en el sector educativo fue mayor que años atrás. Según el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO): “los materiales escolares aumentaron 20.4%, los libros de texto 12.9% y las colegiaturas 9.1%. Esta última fue particularmente elevada para bachilleratos, que tuvieron un aumento de colegiaturas de 10.3%.” El bachillerato, como sabemos, es el escalón para la universidad y para que nuestros hijos desarrollen habilidades competitivas.
¿Y qué hay del abandono escolar? "Qué pasa si dentro de cinco o diez años mi hijo no quiere estudiar?", te preguntarás. De acuerdo con investigaciones de la SEP, en 2021 y 2022 el abandono de estudios a nivel bachillerato alcanzó un 9.2%. Somos conscientes que las nuevas generaciones están decidiendo emprender sus propios negocios desde corta edad y dejar sus estudios en segundo plano. Según un estudio de Global Entrepreneurship Monitor de 2019, "en México, el 52% de los emprendedores tienen menos de 34 años, mientras que 19% tienen entre 18 y 24 años."
Mientras que el primer escenario (encarecimiento de los estudios) puede generar angustia e impotencia, el segundo (abandono escolar) puede provocar exceso de confianza y despreocupación. En lugar de eso, convendría optar por una preocupación activa: ahorrar, poco a poco, contemplando que el ahorro, en su momento, podrá servir para costear los estudios de nuestros hijos o para apoyar sus emprendimientos. Ambas posibilidades están previstas por los seguros educativos.
Sin importar lo que nuestros hijos elijan, la educación y el trabajo son medios indispensables para que gocen de tranquilidad y prosperidad. No sabemos cómo estarán nuestras finanzas en unos años, pero necesitamos darles la confianza y respaldarlos a fin de que cumplan sus sueños, independientemente de si esto significa pagar una universidad o invertir en los proyectos que creen.
Puntos a tomar en cuenta antes de contratar un seguro educativo
A la hora de contratar un seguro educativo, no es fácil tomar una decisión. Y si existen coberturas adicionales, gratuitas o con costo extra, la decisión se complica. Sin embargo, algunas preguntas pueden ayudarte a tomar la mejor decisión con tranquilidad:
- ¿Qué presupuesto estás dispuesto a liberar por más de cinco años?
- ¿En qué universidades te gustaría que estudiará tu hijo?
- ¿En qué tipo de cambio te gustaría ahorrar?
Examinemos una a una estas cuestiones. ¿Tienes contemplado algún presupuesto para la educación futura de tus hijos? Contar con un presupuesto es esencial al adquirir un seguro. Tener una idea de la cantidad de dinero que quieres invertir en la educación de tus hijo o hijos te apoyara para saber si te quedarás con una cobertura básica o si elegirás coberturas extra.
Ahora bien, plantéate lo siguiente: ¿estás dispuesto a dar esa cantidad de dinero por más de 5 años? En seguros educativos, el plazo mínimo de contratación es de cinco años con Seguros El Potosí, aunque pueden contratarse por 10 años. Esto sobre todo depende de la edad que tenga tu hijo cuando lo adquieras. Pero esto también se define a partir del monto que quieras alcanzar al témino del plazo. Al hacerte de un seguro educativo, debes ser muy consciente del tiempo al que te comprometes a dar cierta cantidad de dinero.
Finalmente, reflexiona: ¿en qué tipo de cambio te gustaría ahorrar? Las opciones son Dólares, UDIS o Pesos Mexicanos. Al platicar con tu asesor es importante visualizar lo que cuesta una carrera universitaria. El costo, como lo comentamos antes, puede cambiar con el paso de los años, pero el punto es que tengas una idea para escoger la moneda más afín a tu meta.
Prevenir, asegurar y acompañar
No podemos predecir lo que a nuestros hijos les gustaría estudiar o ser, pero sí prevenir y garantizar un mejor futuro para ellos. Con un seguro educativo es posible respaldar sus proyectos sea cual sea su decisión en el futuro. Al final tendrán el apoyo económico que necesiten para impulsar su conocimiento y crecimiento, bien en la universidad de sus sueños, bien con un negocio propio.
El seguro educativo no es un ahorro exclusivo para los estudios, sino para apoyar a tus hijos a realizar sus sueños, tranquilos ante cualquier eventualidad. Por eso, a pesar de que el futuro es incierto, puedes regalarte la seguridad de ayudarlos en una de las etapas más importantes de su vida.
No esperes que el deseo de tus hijos sea estar siempre en el nido, a tu lado, y en cambio dales la tranquilidad de saber alzar el vuelo. Cuéntanos cómo te gustaría verlos cumpliendo sus sueños en los comentarios.
-Seguros El Potosí