Cómo proteger a tu familia al manejar: Dos estrategias para evitar accidentes automovilístico
Manejar es una práctica cotidiana para muchos de nosotros. La mayoría tratamos de conducir de la forma más segura posible para asegurarnos de que llegaremos sanos y salvos a nuestros hogares. Sin embargo, cuando pensamos en la seguridad de un automóvil no sólo debemos de tomar en cuenta las características de fábrica —como las bolsas de aire o los cinturones de seguridad— sino que también tenemos que considerar un componente fundamental: la responsabilidad y habilidad de quien maneja.
Como conductores de un vehículo tenemos la responsabilidad de velar por nuestra seguridad y la de las personas que nos acompañan en nuestro camino. Para esto, es de vital importancia recordar que podemos cuidar de nuestra seguridad inclusive antes de abordar un automóvil. Es por ello que en este artículo analizaremos el concepto de manejo seguro por medio de dos conceptos que toman al conductor como eje central de la seguridad: el manejo preventivo y el manejo defensivo.
El manejo preventivo: una opción para anticiparse a los posibles riesgos en carretera
El primer concepto que abordaremos es el de manejo preventivo. Este tiene como principal objetivo anticiparse a cualquier riesgo que pudiera terminar en un accidente. Aunque sea un dicho muy común, es cierto que más vale prevenir que lamentar, sobre todo cuando se trata de nuestra seguridad. Por esto mismo, el manejo preventivo no contempla únicamente la habilidad del conductor al volante, sino que prioriza la prevención y el comportamiento seguro para evitar cualquier situación de peligro. Para poder comprender mejor la definición de manejo preventivo, te hablaremos de algunos puntos esenciales que se deben de cumplir siempre, ya sea que se maneje solo o en familia. Estos son vitales para cuidarte a ti, a tus pasajeros y hasta a los otros conductores que manejan al mismo tiempo que tú:
1. Evalúa tus condiciones como conductor
A pesar de que existen miles de campañas que nos incentivan a no manejar en caso de no estar en buenas condiciones, la verdad es que todos conocemos a alguien que suele brincarse esta regla. Como te imaginarás, esto es sumamente peligroso. Por ello, antes de prender tu automóvil, debes preguntarte a ti mismo: ¿me siento lo suficientemente bien para manejar? Hay factores como la fatiga, el cansancio o la vista cansada que nos impedirán reaccionar de la manera correcta ante una emergencia. Ser sincero con tu respuesta a la pregunta anteriormente planteada puede, literalmente, salvarte la vida.
2. Revisa la distancia, altura e inclinación del asiento
Sentirnos cómodos y seguros en nuestro asiento es primordial para un buen manejo. Para saber la distancia ideal entre el asiento y el volante, te recomendamos estirar tus manos y comprobar que tus muñecas estén a la altura del volante. Por otra parte, la inclinación y altura son igual de importantes para nuestra conducción. Recuerda que aunque es común que utilicemos la configuración de fábrica del asiento, contar con la altura e inclinación correctas nos proporcionará comodidad en viajes largos y nos permitirá observar mejor nuestro entorno al manejar. Esto se traduce en una mejor respuesta al volante, lo cual aumenta nuestra seguridad y la de nuestros acompañantes.
3. Ajustar los espejos retrovisores
Los espejos retrovisores son, sin duda, fundamentales a la hora de manejar. Es por ello que debemos asegurarnos de tener la mejor visibilidad posible por medio de ellos Adecuarlos a nuestra altura nos permitirá observar nuestro alrededor en todo momento. Te aconsejamos revisarlos cada vez que subas a tu automóvil. Además recuerda que puedes activar el bloqueo de luz en tu retrovisor central que se encuentra en la parte inferior del retrovisor si estás manejando de noche y el vehículo de atrás tiene las luces altas encendidas. Al empujar la palanca hacia adelante tu retrovisor se inclinará y refleja menos la luz por lo que podrás seguir viendo el auto de atrás sin tanta molestia.
4. Revisar los cinturones de seguridad
Este consejo es bastante evidente, lo sabemos. Pero el uso correcto del cinturón de seguridad reduce el riesgo de muerte hasta en un 75%. Asegúrate de que todos los pasajeros lo tengan puesto al iniciar un viaje, ya que es común que quienes abordan el asiento trasero no lo hagan. Y aunque muchos automóviles cuentan con un sensor que te avisará cuando el conductor y copiloto no tengan su cinturón puesto, la mayoría de ellos no tienen sensores para el resto de los asientos. Antes de pisar el acelerador, revisa que no haya nadie a bordo sin cinturón de seguridad.
5. El seguro de automóvil y su vigencia
Contar con un seguro automotriz es uno de los puntos básicos de prevención antes de salir a manejar. Aunque este sea independiente a tu habilidad como conductor, sí es tu responsabilidad revisar su vigencia y cobertura. Al mismo tiempo, al menos en 16 estados de México es obligatorio contar con un seguro, ya que no hacerlo podría resultar en una multa. Tener un seguro vigente te dará más seguridad al momento de conducir.
Recuerda: nadie está 100% seguro al manejar
Los puntos anteriores pueden parecer bastante obvios a primera vista, pero imagina el siguiente escenario: es domingo y estás desvelado por una fiesta a la que atendiste el día anterior. Seguramente no dudarías en subirte a tu automóvil puesto que consideras que el cansancio no es motivo suficiente para no manejar. Al subir al auto, olvidas ajustar los retrovisores y comprobar la posición correcta del asiento y pisas el acelerador para llegar a casa. ¿Te suena familiar? En este corto ejemplo olvidamos dos de los puntos recomendados y el hacerlo puede resultar en un accidente grave, ya que al estar cansado y no tener una visibilidad adecuada, tu capacidad de reacción se verá disminuida. Cumplir con los cinco puntos previos no te tomará más de cinco minutos y puede ahorrarte un mal trago.
El manejo defensivo: la habilidad del conductor como alternativa para evitar accidentes
Después de analizar los puntos anteriores antes de conducir, la siguiente pregunta que debemos hacernos es: ¿Qué puedo hacer yo como conductor para prevenir accidentes viales? Para esto nos adentraremos en el concepto de manejo defensivo, el cual se centra en las habilidades necesarias de un conductor y cómo nos permiten defendernos ante la posibilidad de que ocurra un accidente. Para ello, debes de tomar en cuenta los siguientes tres puntos:
1. Tu responsabilidad como conductor
Aunque a veces lo olvidemos, manejar es una responsabilidad muy grande. Hay factores fundamentales que debemos de tener presentes para evitar accidentes; estos son conocidos como buenas prácticas, las cuales incluyen —por ejemplo— tomar en cuenta los puntos ciegos, ceder el paso a peatones u otros automóviles, usar las luces de aviso como intermitentes o direccionales, ser conscientes de nuestras decisiones y procurar ser pacientes, ya que manejar de manera apresurada podría aumentar las posibilidades de un accidente. Recuerda que es mejor llegar diez minutos tarde que nunca llegar.
2. Las acciones de los demás
El manejo defensivo sugiere que como conductores todos podemos cometer errores, es por ello que debemos estar preparados ante alguna contingencia ocasionada por otras personas al volante. Recuerda guardar tu distancia con los otros vehículos, siempre ceder el paso y tener tranquilidad aunque los otros conductores puedan estar apresurados.
3. Condiciones adversas imprevistas
Nunca sabemos lo que pasará una vez que salimos de casa. Por ello, también debemos de tener en mente que existen factores que no podemos controlar como la lluvia, neblina, animales en el camino, ciclistas, peatones imprudentes o inclusive la iluminación de las carreteras. Te recomendamos manejar con precaución y así aumentar tu capacidad de respuesta ante un accidente.
El manejo defensivo va más allá de la teoría
En el manejo defensivo no implica aprenderse de memoria el reglamento de tráfico o los aspectos básicos de conducción, sino que nos propone anticiparnos a las situaciones de peligro en las que podemos vernos involucrados. No importa que algunas de ellas puedan parecer exageradas, puesto que estar preparados nos permite prevenir cualquier situación de riesgo y reaccionar de manera adecuada ante un imprevisto para que el daño sea el menor posible.
Con prevención no es necesario ser un experto al volante
Como te hemos contado, tanto el manejo preventivo como el defensivo están enfocados en disminuir al máximo la posibilidad de que ocurra un accidente o —en caso de que ocurra— estar preparados para que el accidente haga el menor daño posible. Recuerda que no debes de subestimar las acciones de prevención, ya que los accidentes pueden presentarse en cualquier momento, no importa si nuestro viaje es corto o largo. Lamentablemente, aunque tengamos el auto más seguro del mercado, existen posibilidades de tener un accidente si no se contempla la responsabilidad del conductor. Estos puntos te servirán para aumentar tu seguridad y confianza al volante. ¿Planeas ponerlos en práctica?